Por: Miguel Angel Trujillo

Llamado a consultas de embajadores: Colombia y Estados Unidos viven una nueva crisis diplomática tras un nuevo conflicto por deportaciones. La tensión entre ambos países se intensifica.

La relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa un momento crítico. Este jueves, ambos países llamaron a consultas a sus respectivos embajadores, elevando la tensión a niveles alarmantes. La medida se produce tras un nuevo desencuentro por el tema de las deportaciones. Se teme una escalada de la crisis.


El detonante fue la decisión de Estados Unidos de llamar a consultas a su encargado de negocios en Bogotá, John T. McNamara, en respuesta a declaraciones del gobierno colombiano consideradas “infundadas y reprochables” por el Secretario de Estado, Marco Rubio. Esta acción fue rápidamente respondida por el presidente Gustavo Petro, quien en un comunicado anunció el llamado a consultas del embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña.


El presidente Petro justificó su decisión afirmando que busca una revisión de temas cruciales en la relación bilateral, incluyendo la cooperación energética, la migración y la lucha contra el narcotráfico. En un comunicado inusualmente personal, Petro escribió: "corresponsablemente a la llamada a consultas del señor McNamara... llamo a consultas a nuestro embajador Daniel García-Peña". Esta acción recuerda la crisis de enero, cuando se bloquearon vuelos con deportados.


La crisis reaviva las tensiones generadas en enero por el bloqueo de vuelos con deportados colombianos. Aunque se llegó a un acuerdo, las diferencias persisten y este nuevo capítulo amenaza con un daño significativo a la relación bilateral. El llamado a consultas, a pesar de los esfuerzos de la Cancillería colombiana por mantener el diálogo, revela una profunda brecha en la confianza entre ambas naciones, con consecuencias impredecibles para la cooperación en áreas clave. La posibilidad de sanciones económicas y el deterioro de la imagen de Colombia ante el mundo son riesgos reales.