Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

La sorprendente consulta del Pacto Histórico desató un sismo en la política nacional. Con más de 2.7 millones de votantes, la izquierda demostró su fuerza, obligando a la oposición a replantear urgentemente sus estrategias para 2026.

Un temblor político sacudió el panorama nacional este lunes 27 de octubre de 2025, tras revelarse la masiva participación en la consulta presidencial y legislativa del Pacto Histórico. La jornada, celebrada el día anterior en todo el país, convocó a más de 2,7 millones de ciudadanos a las urnas. Este rotundo respaldo encendió todas las alarmas en los círculos políticos colombianos.

La reacción no se hizo esperar, especialmente desde Bogotá, donde líderes de la oposición expresaron su profunda preocupación. Mauricio Cárdenas, exministro y precandidato presidencial, sentenció la disyuntiva: “O nos unimos o nos vuelve a ganar el Pacto Histórico”. Por su parte, Juan Manuel Galán del Nuevo Liberalismo, arremetió diciendo que el Pacto “no perdió votos, perdió la confianza del país”. Gustavo Petro, presidente y figura central del Pacto, observa ahora cómo su coalición redefine el ajedrez electoral.

La contundente cifra de votantes para el Pacto Histórico, en plena gestión presidencial, fue interpretada unánimemente como un "campanazo" político de cara a 2026. Desde la derecha hasta el centro, diversas voces insistieron en la imperiosa necesidad de forjar una alternativa unificada. El objetivo es claro: frenar el ímpetu del "petrismo" y consolidar una propuesta competitiva de cara a las decisivas elecciones.

Esta consulta demostró que, a pesar del desgaste gubernamental, la base electoral del Pacto Histórico permanece sólida e inquebrantable. Los más de 2,7 millones de votos han obligado a los sectores opositores a reconocer la urgencia de una coalición unificada para enfrentar el desafío. El resultado no solo reafirma el protagonismo del presidente Petro, sino que también marca el inicio de una nueva y tensa etapa de reacomodo político en Colombia.