Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Exembajador colombiano en el Vaticano, Iván Velásquez, denuncia feroz persecución desde Guatemala tras orden de captura internacional. Gobierno colombiano rechaza la medida.

El exministro de Defensa colombiano, Iván Velásquez, quien dirigió la CICIG en Guatemala, enfrenta una orden de captura internacional solicitada por la justicia guatemalteca. Esta decisión, que también incluye a la fiscal colombiana Luz Adriana Camargo, se produce tras años de investigaciones por corrupción que llevaron a importantes condenas en Guatemala. La solicitud de alerta roja de Interpol intensifica una batalla legal que ha generado gran controversia en ambos países. La noticia ha generado un fuerte impacto en la opinión pública.


Velásquez, a través de su cuenta de X, denunció la persecución, calificando a la fiscal general guatemalteca como corrupta, declaración respaldada por el Departamento de Estado de Estados Unidos y la Unión Europea. "La corrupta fiscal general guatemalteca y su fiscal Curruchiche extienden su persecución contra Luz Adriana Camargo y contra mí”, afirmó el embajador. Sus declaraciones acusan una persecución política motivada por su lucha contra la corrupción durante su liderazgo en la CICIG.


La orden de captura, emitida por la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones de Guatemala, es parte de un amplio caso de corrupción que involucra a varios exfuncionarios guatemaltecos. La solicitud de Interpol busca la detención y extradición de Velásquez. Sin embargo, su inmunidad diplomática como embajador de Colombia ante el Vaticano podría protegerlo de la extradición inmediata. El Gobierno colombiano ya ha expresado su firme rechazo a la decisión guatemalteca.


El caso pone en evidencia la compleja lucha contra la corrupción en Guatemala y las consecuencias que enfrentan quienes la combaten. La labor de Velázquez en la CICIG, que logró importantes condenas por corrupción, parece ser el motivo principal de esta persecución. Las consecuencias a largo plazo de este enfrentamiento judicial podrían afectar las relaciones diplomáticas entre Colombia y Guatemala, y debilitar aún más las instituciones democráticas guatemaltecas. La inmunidad diplomática de Velásquez, por ahora, parece ser su principal escudo ante esta ofensiva judicial internacional.