Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

En un macabro hallazgo, el cuerpo desmembrado de una joven fue encontrado en Barrancabermeja, Santander. La víctima presentaba impactos de bala y signos de violencia extrema.

El escalofriante descubrimiento tuvo lugar en el asentamiento humano Centenario, donde un residente local se topó con los restos y alertó a las autoridades. El cuerpo, con claros signos de dismembramiento y dos balazos en el rostro, yace ahora en manos de Medicina Legal, a la espera de una identificación formal.

Entre los protagonistas de esta tragedia se encuentra el Teniente Coronel Edwin Libardo Nieto, quien detalló las brutales condiciones del hallazgo y lidera la investigación. La comunidad del Magdalena Medio, conmocionada, espera respuestas mientras la policía recopila testimonios y evidencias.

Los vecinos del sector reportaron haber escuchado disparos en la madrugada, lo que podría ser clave para reconstruir los eventos que llevaron a este cruel asesinato. La policía, por su parte, no descarta ninguna hipótesis y trabaja contrarreloj para dar con los responsables.

Este caso no solo ha sacudido los cimientos de Barrancabermeja por su brutalidad, sino también por la posible identidad de la víctima: una joven deportista cuyo futuro prometedor ha sido abruptamente cortado. La administración local y la policía han ofrecido una recompensa de 15 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los culpables, en un esfuerzo desesperado por hacer justicia.

El hallazgo del cuerpo desmembrado de una joven en Barrancabermeja no es solo un caso más de violencia; es un profundo grito de dolor que atraviesa a una comunidad entera. La brutalidad con la que fue asesinada —y el hecho de que aún no sepamos su nombre— nos recuerda que detrás de cada cifra hay una vida, una historia, una familia que hoy llora en silencio.