Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

La nación entera contiene la respiración. Mañana, Tailandia será testigo de la gran final de Miss Universe, y Vanessa Pulgarín Monsalve, nuestra reina, se perfila como favorita para traer la tercera corona a casa, reviviendo un legado dorado.

Mañana, 20 de noviembre, a las 8:00 p.m. (hora Colombia), la 74.ª edición de Miss Universe llegará a su clímax desde Tailandia, donde el certamen se ha celebrado desde principios de mes. La atención nacional está completamente centrada en Vanessa Pulgarín Monsalve, la representante colombiana, quien ha ascendido rápidamente al estatus de favorita en esta prestigiosa competencia internacional. Colombia se paraliza, esperando que su compatriota se alce con el anhelado título universal.

Vanessa Pulgarín Monsalve no solo lleva la banda de Colombia, sino que ha cautivado a expertos y público con su carisma innegable y su impecable desempeño en las pruebas preliminares. Ella se ha consolidado como una de las contendientes más fuertes, generando un fervor patriótico que no se veía desde hace años. Mientras tanto, la actual Miss Universe, Victoria Kjær Theilvig de Dinamarca, se prepara para entregar su corona tras un año de reinado.

El legado colombiano en Miss Universe es profundo y motivo de gran orgullo. Nuestro país ha conquistado la corona en dos ocasiones históricas: Luz Marina Zuluaga en 1958 y Paulina Vega en 2014, esta última una victoria icónica. Además, Colombia ha acumulado seis "virreinas universales" y numerosas reinas que han alcanzado las rondas finales, demostrando una consistencia envidiable en el escenario global.

Si Vanessa Pulgarín logra la victoria, Colombia sumaría su tercer título, lo que renovaría un orgullo nacional inquebrantable y cimentaría su estatus como una potencia en el mundo de los concursos de belleza. Más allá de la corona, su destacada participación es una oportunidad invaluable para visibilizar la rica cultura, la elegancia y la modernidad de Colombia ante una audiencia global cada vez más amplia. La noche del 20 de noviembre, no es solo una competencia, es un momento simbólico para el país, donde se jugará el brillo de una nación que sueña en dorado.