Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Bolívar lidera, pero el 52% del Caribe aún no decide su voto en las próximas presidenciales. La fragmentación y la alta indecisión marcan un panorama electoral explosivo.

Una encuesta realizada entre el 26 y el 31 de mayo de 2025 en la Región Caribe colombiana, y publicada el 4 de junio, arrojó resultados sorprendentes sobre la intención de voto para las consultas interpartidistas de marzo de 2026. La muestra de 4.315 encuestas telefónicas, distribuidas en los ocho departamentos de la región, revela un panorama político fragmentado y altamente competitivo. Este estudio se enfoca en la medición de la preferencia electoral en la crucial región Caribe, determinante en los resultados presidenciales.

Entre los nombres más sonados se encuentra Gustavo Bolívar, del petrismo, quien lidera la intención de voto con un 25,87%, seguido de cerca por Sergio Fajardo del centro con un 20,11%. Sin embargo, faltan declaraciones oficiales de los precandidatos sobre estos resultados. La incertidumbre reina en torno al impacto real de estos datos en sus estrategias de campaña. Se espera que en las próximas semanas, veamos un aumento en la actividad política con miras a lograr el apoyo del considerable electorado indeciso.

La encuesta se llevó a cabo a través de llamadas telefónicas, abarcando capitales, ciudades intermedias y municipios menores de la región. El proceso de recopilación de datos duró seis días y la información fue procesada y analizada para obtener los resultados publicados. La metodología empleada se basa en muestreo aleatorio estratificado, asegurando una representación adecuada de la población caribeña.

El alto porcentaje de indecisos (27,26%) y de quienes no apoyarán ninguna consulta (25,37%), un total de más del 52%, demuestra un escenario de profunda incertidumbre política. Esto sugiere una gran oportunidad para candidatos emergentes o movimientos que logren capitalizar este descontento y la falta de identificación con las opciones actuales. Las elecciones de 2026 prometen ser un verdadero terremoto político en el Caribe colombiano.