Por: Juan Manuel Esquivel Gutierrez

La Corte Suprema de Justicia de Colombia ha ordenado la captura de Iván Name Vásquez y Andrés Calle Aguas, exlíderes del Congreso, implicados en un escándalo de corrupción de $4.000 millones.

En un giro judicial que ha estremecido los cimientos políticos de Colombia, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema ha emitido una orden de captura contra Iván Name Vásquez y Andrés Calle Aguas. Ambos, reconocidos por su anterior liderazgo en el Senado y la Cámara de Representantes respectivamente, enfrentan graves acusaciones de cohecho y peculado en relación con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).

Las investigaciones preliminares apuntan a que Name y Calle habrían recibido sobornos que ascienden a $4.000 millones de pesos, distribuidos en $3.000 millones para Name y $1.000 millones para Calle. Estos pagos ilegales estarían relacionados con la adjudicación de contratos para carrotanques destinados a zonas en emergencia, bajo la supervisión de la Ungrd.

El escándalo desvela una presunta red de corrupción en la que los excongresistas habrían manipulado asignaciones presupuestarias y direccionado recursos públicos a cambio de beneficios personales. Según fuentes judiciales, los contratistas implicados habrían facilitado los sobornos en busca de favorecer sus intereses en los proyectos gubernamentales.

Este caso no solo pone en tela de juicio la integridad de los implicados, sino que también amenaza con revelar conexiones corruptas más amplias dentro del aparato estatal. La Corte Suprema ha advertido que las investigaciones están lejos de concluir y que podrían surgir nuevas órdenes de captura. Mientras tanto, la opinión pública clama por transparencia y castigos ejemplares para los responsables de socavar la confianza en las instituciones democráticas del país.