Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Neiva se estremece: El Atlético Huila, símbolo de la región, cumple 35 años sumido en una profunda crisis que amenaza con arrancarlo de su tierra natal, dejando un vacío irreparable para miles de hinchas.

Hoy, 29 de noviembre de 2025, el Atlético Huila conmemora 35 años de su fundación, un hito que debería ser pura celebración. Sin embargo, este aniversario llega marcado por una encrucijada institucional y una infraestructura deportiva deficiente que ensombrece su rica historia, recordando tanto glorias pasadas como un futuro incierto. Fundado en 1990, el club debutó en 1991 y ascendió a la Primera A en 1992, llenando de esperanza a la región.

El corazón de esta polémica es el estadio Guillermo Plazas Alcid, la casa histórica del equipo. La consternación es palpable entre los hinchas y ciudadanos huilenses, quienes ven en la posible mudanza a Yumbo, Valle del Cauca, una dolorosa pérdida de identidad regional. Sus mejores campañas en primera división, con subcampeonatos en 2007 y 2009, y el histórico título de Copa Libertadores Femenina en 2018, contrastan dramáticamente con la realidad actual del club.

El drama del Plazas Alcid se remonta a una remodelación fallida iniciada en 2015. En agosto de 2016, una tragedia paralizó las obras: el desplome de una placa de concreto causó muertes y heridos. Desde entonces, las promesas de recuperación han quedado en el aire, con el estadio sumido en el deterioro, presentando goteras, muros desgastados y condiciones indignas para albergar al público.

Esta inestabilidad ha llevado a la administración a considerar oficialmente el traslado de sede y una nueva identidad, lo que representa un golpe directo al legado de 35 años en Neiva. Para los huilenses, el aniversario de hoy es un agridulce recordatorio de lo que fue el club, lo que aún podría ser, y la inminente amenaza de perder una parte fundamental de su alma deportiva y cultural.